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l aire se colaba por entre las ventanas abiertas, haciendo que las gruesas cortinas color marrón bailaran al ritmo del viento, el silencio en la sala le abrumaba los pensamientos y la mirada insistente que, estaba segura en ese mismo segundo seguía inspeccionándola, como hacia más de una hora, la irritaba.
Observo a la Morena sentada frente a ella removerse una vez mas en su asiento de cuero fino, el cuerpo delgado y debilucho de la joven se encontraba grácilmente sentado sobre aquel sillón desde que Yashira había entrado a la sala, estaba cansada, quería largarse de allí, ¿De verdad aun no se había dado cuenta que ella no hablaría?.
-Yashira, si no hablas, no saldrás de esta sala – le aseguro la joven Morena restableciendo en su lugar los lentes que habían resbalado.
-No tengo nada que decir, se lo dije a Elena, no necesito ayuda mucho menos la tuya – espeto con enfado cruzándose de piernas despreocupadamente.
Por mas que observaba las manecillas del reloj colgado sobre la pared frente a ella estas parecían rehusar a moverse, ¿Cuándo se cansarían y la dejarían irse?, eso estaba completamente de mas, las cosas habían rebasado su limite, llevarla a una sesión con una psicóloga había sido demasiado, ahora, ¿Por qué ahora Elena hacia esto?...
-Yashira, no es necesario que te hagas la fuerte, eh visto llorar, reír, gritar y colapsar a muchos pacientes en esta sala, que mi edad no te engañe, tengo mucha experiencia en casos como el tuyo
Experiencia, ¿De que diablos estaba hablando?, a ella su experiencia le importaba un poco menos que un cacahuate, ella nunca la vería, llorar, reír, gritar y colapsar, a ella no.
Sus oídos no daban crédito a lo que había oído, Experiencia Había dicho, ¡Experiencia! Como si eso le sirviese de algo a ella, ¿Para que le servía que la doctorcita tuviese experiencia?, acaso su experiencia le ayudaría a ella a borrar esas estúpidas pesadillas que vivía y sufría todas las noches, las voces que escuchaba en su cabeza ante cualquier roce masculino, los horrorosos recuerdos que su memoria guardaba, los malditos traumas que tendría que sufrir para toda su vida, la experiencia no le serviría para entender absolutamente nada, para comprenderla debería de haber estado en sus zapatos esa noche y los meses después de aquello, viviendo cada una de las secuelas que había dejado aquella horrorosa noche, para nada de eso necesitaba experiencia.
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Su cuerpo avanzaba lo mas rápido que sus piernas se lo permitían, el viento chocaba contra su rostro y viajaba hasta su cabello haciendo que pequeños mechones se pegaran a este y otros rebotaran sobre su espalda, las gotas que las nubes negras en el cielo despedían caían sobre su cuerpo en movimiento empapándolo por completo, sus piernas ardían, no había parado desde que había logrado escapar de aquel edificio color gris, no sabia hacia que dirección la estaban llevando sus pasos y poco le importaba saberlo, lo único que le importaba era alejarse, perderse de todo y todos.
Sus pensamientos iban y venían de un tema a otro, los recuerdos amenazaban con salir de su escondite e importunar en su mente, podía ver aquella sonrisa de lado, esos ojos repugnantemente lujuriosos, aquellas manos recorriendo asquerosamente su cuerpo y el, el sobre ella…
Sacudió furiosamente la cabeza en un vano intento por remover los recuerdos que la golpeaban como flashes, oscureciéndole la vista, solo podía verlo, imaginarlo en todos los rostros de las personas que pasaban rosándola en cuanto ella corría junto a ellos, podía verlo observándola desde cada una de las ventanas de los autos estacionados y en movimiento, podía sentirlo pisándole los talones, corriendo detrás de ella, amenazando con volver junto a ella.
Quizás estaba destinada a pasar el resto de su vida atada al pasado, pero, en ese día, en ese momento, en ese instante, tenía unos brazos que la sostenían en el presente y eso era lo único que importaba….
& una imagen que desde que la vi me encanto para este capi :D...
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Yoms♥
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